lunes, 14 de enero de 2008

A propósito de Cananea

A propósito de la represión registrada en días recientes en Cananea por parte del gobierno federal mexicano y del gobierno estatal de Sonora contra trabajadores de la empresa Minera de Cananea (nota completa), me permito recordar otra represión contra los trabajadores registrada en Cananea hace casi 102 años:

La Huelga de Cananea fue una huelga laboral en el mineral de cobre en Cananea, Sonora, México, contra la empresa "Cananea Consolidated Copper Company" (CCCC), propiedad de un coronel estadounidense llamado William C. Greene; el 1 de junio de 1906. Este acontecimiento se considera precursor de la Revolución mexicana de 1910 y a Cananea se le llama "Cuna de la Revolución". También es la huelga más grande registrada en el mineral (artículo completo).

También considérese este fragmento de un artículo, publicado por Ricardo Flores Magón en el periódico El Colmillo Público (número 146) del 24 de junio de 1906, a propósito de la represión de Cananea en días anteriores:

“(El dictador) no ha encontrado otra cosa para hacerse el bombo a que está tan acostumbrado y que tanto necesita para que se le crea necesario por los bobos, que abrir los brazos a los negociantes extranjeros que, agradecidos, propalan en el exterior la grandeza de un gobierno en la que no creen los mexicanos. Bien convencido nuestro dictador de que el pueblo detesta su largo reinado, busca en el exterior el prestigio de que aquí carece, y tanto a eso como a los turbios negocios a que se entregan muchos de sus favoritos con quienes no quiere ni podría reñir, porque son su único apoyo interior, se debe esa invasión espantosa del capital americano que ya preludia el futuro desastre de nuestra nacionalidad.

“Nuestro porvenir, de continuar esa política de servilismo para el yanqui que ha dado tan triste fama a nuestro gobierno entre el pueblo, y ha despreciado tanto a nuestra nación en el exterior, porque las adulaciones interesadas que se hacen de Porfirio Díaz en el extranjero trascienden a mercenarismo, nuestro porvenir es ya bien claro: la esclavitud y la conquista.

“Sigamos fomentando el capital americano, si es que ya no queremos ser mexicanos; veamos impasibles la invasión yanqui a nuestro territorio, si es que nos conformamos con ser vasallos de un soberano extranjero, si en nuestras venas ya no corre aquella sangre con que los héroes escribieron sus nombres en la historia, si estamos tan degradados que poco nos importa vivir como ganado que todos pueden atropellar y del cual todos pueden disponer. Entonces seremos más degradados que las bestias, porque éstas defienden el cubil donde guardan sus cachorros.

“Creemos que todavía es tiempo de volver sobre nuestros pasos hasta el lugar en que dejamos el honor por seguir la senda torcida que nos marcó el despotismo y en la cual ya comenzamos a tropezar con los más serios obstáculos. Si seguimos por el mismo camino, después de andar un poco más ya no podremos buscar el bueno, el camino amplio y limpio que despreciamos por la admiración que nos causaron las lentejuelas del (dictador). Todavía es tiempo, conciudadanos; todavía es tiempo...” (Fuente)

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