martes, 9 de marzo de 2010

¿Qué Significa Ser Compañeros?

Para México, 2010 conmemora los 200 años que han pasado desde la guerra de independencia, y 100 años de la revolución mexicana. Pero en las palabras de Fernando Amezcua: “Poco o nada queda por celebrar”. Amezcua fue uno de los 44,000 miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que fueron despedidos cuando el presidente actual, Felipe Calderón, anunció en octubre pasado el decreto ejecutivo que cerraba la compañía paraestatal de electricidad, Luz y Fuerza del Centro, y que intentó romper uno de los sindicatos mas viejos, grandes, y combativos de México. Amezcua continúa como “Secretario del Exterior”, y pude reunirme con él hace dos semanas mientras estudiaba en la Escuela de Periodismo Auténtico 2010 en la península de Yucatán. Así como lo dice en el “Plan de los Insurgentes” del SME:

La Independencia de España que hace dos siglos costó tanta sangre de los primeros mexicanos (como siempre, sobre todo de los más desposeídos, de indígenas, campesinos, artesanos); la resistencia contra las intervenciones norteamericana y francesa, las gestas nacionalizadoras del Siglo XX como las del petróleo y la electricidad, se han convertido en una nueva gran dependencia nacional a las potencias extranjeras, saqueo de nuestros recursos naturales, y explotación al servicio de las grandes corporaciones trasnacionales y la banca internacional.

Con esto se nos recuerda que, desde la fundación del país, se ha peleado una guerra entre dos diferentes visiones de México. Y en este año simbólico hay una herida que cicatrizará o se hará más grande. Esta herida se conoce como Atenco.

Hace menos de ocho años la gente de San Salvador Atenco y otros municipios rurales de las afueras de la Ciudad México vencieron al proyecto de la administración del entonces presidente, Vicente Fox, la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad México. Fueron 10 épicos meses de batalla entre los campesinos “en defensa de su madre tierra” y las intenciones del gobierno de seguir con los planes de desarrollo propuestos por y para los empresarios nacionales e internacionales. La cuestión se convirtió sumamente importante en un momento en el que el país estaba saliendo del régimen del Partido Revolucionario Institucional (PRI, que mantuvo el poder por mas de 70 años) y el nuevo gobierno dirigido por el candidato del Partido Acción Nacional (PAN) estaba buscando expropiar a los campesinos, mientras a su vez quería mostrar una imagen de México como una emergente democracia.

La conclusión de esa batalla estableció un precedente para toda otra lucha en el país. En una carta abierta del Frente de Pueblos en Defensa de La Tierra (FPDT) de Atenco a los zapatistas, recordaban, “Fue ahí cuando comprendimos nuestro papel en la historia, entendimos que las cosas no son así porque alguien lo decide, sino que nosotros también podemos decidir qué hacer ante una decisión del poderoso. Cuando triunfamos en julio y agosto del 2002 confirmamos lo que ya sabíamos: ‘al gobierno sí se le puede ganar.’”

Y al igual que sus leales aliados los zapatistas hicieron en Chiapas, declararon a Atenco municipio autónomo. Al sacar de Atenco al presidente municipal corrupto y a la policía, descubrieron que tomando decisiones en asambleas públicas y organizando sus propias respuestas comunitarias a la violencia en el pueblo, podrían llegar a un nivel de democracia y seguridad mas allá del que estaba establecido bajo el sistema partidista.

La lucha de Atenco fue sumamente inspirada por el “Ya basta” de los zapatistas de Chiapas, quienes el primero de enero de 1994 se levantaron en armas para ganar un gobierno libre y democrático para México y cumplir así las demandas de la Revolución Mexicana: trabajo, tierra, vivienda, pan, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia, y paz. En ese levantamiento no lograron estas metas, pero los zapatistas si consiguieron inspirar a millones en todo México y en el mundo. Gracias a sus años de preparación y a la movilización de nuevos compañeros que los apoyaban, los zapatistas sobrevivieron la contraofensiva del gobierno en esos primeros días de 1994. En los años posteriores han construido pacíficamente su propia resolución a esas demandas revolucionarias. A través de 1,100 comunidades zapatistas, agrupadas en 29 municipios autónomos y cinco regiones conocidas como “caracoles”, más de 200,000 de los más pobres de México están dirigiendo la construcción de su propio sistema político y judicial, así como desarrollando programas educativos, de comunicación y económicos, y lo están haciendo mientras están siendo sometidos a un estado de guerra de baja-intensidad, y rodeados por 50 a 60 mil tropas–entre un tercio a un cuarto del Ejército Mexicano.

Y entonces, cuando los zapatistas publicaron su Sexta Declaración de La Selva Lacandona en 2005, y comenzaron a prepararse para desafiar órdenes de aprehensión y amenazas de muerte con el fin de poder salir de sus territorios autónomos y unirse a “la gente simple y humilde que resiste” en México y en todo el mundo, el pueblo de Atenco ya estaba con ellos. Ese agosto y septiembre, Ignacio “Nacho” del Valle, uno de los más grandes estrategas y organizadores de las batallas de Atenco, y otros miembros del FPDT, asistieron a Chiapas para formar la iniciativa nacional de la Sexta Declaración, conocida como “La Otra Campaña”.

Dentro de esta nueva lucha, los zapatistas aclararon que ellos no tenían intenciones de dirigir, sino servir como facilitadores de su creación y como defensores de sus principios mas esenciales. Cada adherente, bien sea una organización grande o un solo individuo, fue animado a definir y a defender su propio espacio dentro de La Otra Campaña y convertirse así al estilo de un bordado. El portavoz de los zapatistas, el Subcomandante Marcos, lo dijo así: “donde cada color y cada forma tiene su lugar; no hay homogeneidad, ni hegemonía.”

En la primera fase de su participación en la construcción de la Otra Campaña, los zapatistas enviaron al Subcomandantes Marcos a lo que planeaban fuera una gira de seis meses en la que escucharían lo que la gente de todo México tenía que decir. La gira comenzó el 1 de enero de 2006, coincidiendo con los últimos 6 meses del ciclo electoral presidencial. Luego de las elecciones, la gira sería seguida por una delegación de comandantes zapatistas que harían visitas más largas a cada lugar del país, comenzando en septiembre de ese año.

Si tocan a uno, nos tocan a todos

Desde el principio, adherentes de la Otra Campaña supieron que iba a haber represión. Ellos estaban, sobre todo, buscando construir una fuerza nacional en contra de la clase política entera, incluyendo al auto declarado partido de “izquierda” el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien era el candidato que se perfilaba para ganar las elecciones de Julio. La motivación para esto creció por las muchas experiencias de corrupción y traiciones a manos del PRD, y también por el declarado compromiso de Andrés Manuel López Obrador de continuar con las políticas económicas neoliberales de los que hubieran sido sus predecesores.

Para mediados de febrero del 2006, más de 1000 organizaciones políticas de izquierda, grupos indígenas, colectivos, organizaciones sociales, organizaciones no gubernamentales y artísticas se integraron públicamente a la Otra Campaña. Fue también durante ese momento que grupos en defensa de los derechos humanos estaban denunciando el aumento de actos de intimidación y persecución politica hacia los adherentes a nivel nacional. Sin embargo, para el momento en que el Subcomandante Marcos, en su papel civil como “Delegado Cero”, entró a la ciudad de México, ya tenía el arrojo que sus experiencias de la gira por los estados del sur de México le habían dado.

Hablando frente de la embajada estadounidense a más de 40,000 personas durante las celebraciones del primero de mayo, Marcos declaró que el alzamiento civil y pacífico que la Otra Campaña estaba construyendo iba a “derrocar a los malos gobiernos… expulsar de nuestros suelos a los ricos, quienes han convertido en mercancías no solo a las personas, sino también nuestras tierras, nuestra naturaleza, nuestras aguas, nuestros bosques, nuestra biodiversidad, nuestra historia y nuestra cultura”. Miembros del FPDT sirvieron como seguridad de Marcos durante esta visita histórica a la ciudad de México. Solo dos días después de su discurso, también serían el objetivo del ataque más brutal que el gobierno mexicano ha desplegado en contra de civiles en la memoria reciente.

El 3 de mayo del 2006, vendedores de flores en Texcoco fueron atacados por la policía que intentaba evitar que establecieran sus puestos fuera de un mercado local, en un sitio que iba a convertirse en un nuevo centro comercial de Wal-Mart . El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, desde Atenco, se movilizó para apoyar a sus compañeros de Texcoco. Después de este primer conflicto, 3000 policías municipales, estatales y federales, cada uno bajo el mando de uno de los tres partidos políticos principales (PRD, PRI, y PAN respectivamente), violentamente asaltaron el municipio de Atenco. Fue un ataque de la clase política en contra de la Otra Campaña y un brutal acto de venganza del presidente Fox en contra del pueblo que impidió su gran proyecto, el aeropuerto internacional. Más de 200 personas fueron encarceladas, la mayoría sujetas a torturas crueles, incluyendo la violación de 26 mujeres. Los medios masivos de comunicación se aprovecharon de unas cuantas imágenes de los manifestantes en acciones violentas para justificar y apoyar la represión. La policía asesinó al joven, Javier Cortés Santiago, y al estudiante en la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM), Alexis Benhumea Hernández.

Citando el compromiso de la Otra Campaña de “si tocan a uno, nos tocan a todos”, el Subcomandante Marcos suspendió su gira por el país para ayudar a movilizar al resto de la red nacional e internacional en apoyo a Atenco. A fin de mes, adherentes de los 31 estados y de la Ciudad de Mexico, así como mexicanos del “otro lado” (de la frontera) se habían organizado y manifestado múltiples veces en solidaridad con Atenco. Además, se llevaron a cabo por lo menos 124 acciones de apoyo en 52 ciudades de 24 países del mundo.

Un Enemigo en Común

Una de las organizaciones que comenzó a movilizarse fue el Movimiento por Justicia del Barrio. El Movimiento es una organización de inmigrantes, la mayoría mexicanos, y de gente de color de bajos ingresos del Este de Harlem en la ciudad de Nueva York. Recientemente me comuniqué con el portavoz del Movimiento, Óscar Domínguez, para hablar sobre la relación del Movimiento con el FPDT durante los últimos 4 años. Como mucho miembros del Movimiento, Domínguez acababa de llegar de su turno de doce horas en la industria del sector de servicios de Manhattan. Domínguez comenzó por identificar sus luchas comunes y sus enemigos en común:

Nosotros en Nueva York comenzamos a organizarnos por una vida digna y para que no nos desalojaran de nuestras viviendas, y vimos que nuestros problemas eran causados por los capitalistas, los ricos, y los malos gobiernos. Y entonces los vimos [Atenco] y su lucha en defensa de su tierra, su vivienda y su cultura, lo que son como comunidad. Entonces, vimos que en diferentes lugares y en diferentes países nuestra lucha es para vivir una vida digna. Pero ellos, los capitalistas, los querían echar de sus tierras…Nosotros aquí en Nueva York y ellos en San Salvador Atenco, estamos llevando a cabo dos luchas aparte pero contra la misma cosa. Los problemas que tenemos son causados por la misma gente, por el capitalismo.

Domínguez contó la manera que organizaron una protesta frente al Consulado Mexicano en Nueva York, inmediatamente después de los ataques en mayo del 2006, para demandar que el gobierno mexicano respete a Atenco y para dejarles saber que había gente aquí que estaba siguiendo lo que estaba pasando. El Movimiento también se dio cuenta que los medios de comunicacion mexicanos estaban siendo reproducidos en los medios de comunicación locales. El mensaje que sus vecinos estaban recibiendo era que “Atenco era un grupo pequeño de alborotadores que estaban impidiendo el progreso del país, porque el aeropuerto era para el desarrollo económico de todo el país, no solo para la comunidad, y este grupo pequeño, con machetes en mano, estaba impidiendo todo esto”. Los machetes, por supuesto, son un símbolo de lucha del FPDT, y de su trabajo en el campo y su historia. El Movimiento creó un teatro callejero en las calles de la 116 entre Lexington y la Tercera Avenida en el Este de Harlem, donde pusieron una cárcel hecha de madera para combatir la falsa información que los medios masivos presentaban.

Camino Difícil

De esta manera, comenzó el compañerismo con la lucha de Atenco por la liberación de sus presos, la cual ha soportado un camino difícil a través de estos años. Poco después del ataque contra Atenco en mayo del 2006, vino el levantamiento de junio en Oaxaca y el fraude electoral de julio. Algunos grupos que antes se habían ligado a la Otra Campaña pensaban que su momento ya había pasado, y que encontrarían más significado en la lucha y protestas, patrocinadas por el gobierno de la Ciudad de México, por el fraude electoral.

Al final de ese tumultuoso año, la comuna de 6 meses en Oaxaca sería reprimida con más fuerza que la represión en contra de Atenco; y la Otra Campaña se encontraría, no como una fuerza independiente mas a la izquierda que el “centro izquierdismo” dirigido por el PRD y AMLO, sino como un blanco visible para el fraudulentamente elegido candidato del PAN, Felipe Calderón. Y mas allá de eso, la clase política entera demostró que la corrupción mutua se podía traducir en el cierre de filas, así fuera tan solo para poder sobrevivir: El PAN le dio su apoyo al derrotado régimen del PRI en Oaxaca a cambio de su apoyo para sostener el fraude electoral, y el PRD salió caminando con su propio fraude electoral en la gubernatura Chiapas.

Durante este momento, aún quedaban 31 presos políticos de Atenco, incluyendo a dos líderes del Frente de Pueblos en Defensa de La Tierra, Ignacio del Valle, Felipe Álvarez, y al asesor jurídico del FPDT, Hector Galindo. Ellos tres fueron encerrados en una prisión de máxima seguridad. Y en el plantón instalado afuera del penal del Molino de las Flores, donde permanecía la mayoría de los presos, quedaban 5 personas.

Al asistir a la Escuela de Periodismo Auténtico el mes pasado, también tuve la oportunidad de entrevistar a Fernando León. León es estudiante de la UNAM y ha estado directamente involucrado en el caso de Atenco desde el 2006. El me habló sobre el contexto gubernamental de los primeros momentos del gobierno de Calderón*:

Desde el principio, la legitimidad de Calderón fue muy cuestionada. Supuestamente había ganado las elecciones por menos de un 1% de la votación sobre AMLO. La legitimidad de Calderón estaba destruida. ¿Cuál fue la manera de contrarrestar esta ilegitimidad? La supuesta guerra contra el narco y la guerra contra las drogas. A partir de esto, la imagen de Calderón ha sido la de los militares en las calles supuestamente peleando contra los supuestos males de México.

Y Calderón no estuvo sin ayuda en sus esfuerzos por militarizar al país. Poco después de asumir la presidencia, el gobierno EEUU se inventó lo que eventualmente se convertiría en la Iniciativa Mérida, un programa de apoyo en la guerra contra las drogas al estilo del Plan Colombia. En los años posteriores, con el uso de millones de dólares en impuestos del pueblo estadounidense, las ejecuciones extrajudiciales y abusos a los derechos humanos se han estado incrementando, mientras que la confiscación de drogas ha bajado, y el problema de la guerra contra el narco ha pasado de ser un problema regional a un problema nacional.

Desde el comienzo fue evidente que el blanco real de la guerra de Calderón no eran las drogas ni los narcotraficantes, sino los movimientos sociales de México y en general las clases pobres y trabajadoras. A pesar de que 14 zapatistas, todos comandantes indígenas, fueron capaces de salir de Chiapas en marzo del 2007 para visitar los estados del norte de México, lo que se encontraron fue un acoso creciente, y para septiembre de ese año, los zapatistas anunciaron que dejarían de hacer esas giras y visitas de la Otra Campaña, debido a la creciente represión en contra de sus comunidades en Chiapas. Pero aunque el entusiasmo público que inicialmente inspiró la Otra Campaña se haya mermado, el trabajo que se comenzó en ese espacio todavía continúa.

A Pesar de las Dificultades

Junto con varias iniciativas nacionales e internacionales, grupos como Movimiento por Justicia del Barrio también han encontrado maneras de avanzar sus propias luchas “en el otro lado”. A principios de 2007, con gran éxito sacaron al más grande propietario del Este de Harlem, Steven Kessner, a quién el periódico Village Voice había llamado uno de los “10 peores caseros” en la ciudad de Nueva York. Un año después de la victoria, el Movimiento comenzó a construir su propia “Campaña Internacional en Defensa del Barrio” para desafiar a la compañía Dawnay Day Group de Londres, Inglaterra, que había ocupado el lugar de Kessner. El Movimiento logró construir una red internacional de aliados que los apoyó y que en octubre del año pasado pudo ver la caída de Dawnay Day en el Este de Harlem.

A pesar de todas las dificultades, en muchas maneras el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra ha continuado su fortalecimiento. A finales del año pasado, Kristin Bricker, reportera de Narco News y un periodista del Radio Chapingo en Texcoco se reunieron con María del Carmen Pérez Elizalde del FPDT, para discutir el caso Atenco. En la actualidad quedan 12 presos políticos de Atenco, y las sentencias que les han dado son casi inimaginables en México:

A Felipe [Álvarez] y a Héctor [Galindo] les han dado 67 años en prisión y a Ignacio del Valle lo han sentenciado a 112 años, más de un siglo. Los otros [9] compañeros, recibieron 35 años. ¿Cómo es posible que le hayan dado más de un siglo en la cárcel? Es mucho tiempo en prisión, ¿no? Cuando según el gobierno está luchando contra los narcotraficantes, solo les da 3, 5, 6 años [en prisión] y ninguna de esas sentencias las cumplen.

Apenas el pasado diciembre, el FPDT y sus simpatizantes completaron la gira “12 presos/12 estados”, en la cual “se involucraron 130 organizaciones del la sociedad civil mexicana y se realizaron más de 100 acciones políticas, marchas y reuniones.” La gira culminó con un concierto masivo en Atenco donde anunciaron la próxima etapa de la Campaña Libertad y Justicia para Atenco que “consiste en sacar de la cárcel a nuestros presos de una vez por todas”.

El FPDT y el Movimiento han seguido siendo compañeros durante todos estos años. Tan solo el año pasado, mientras los delegados del Movimiento asistieron al Primer Festival Mundial de la Digna Rabia en México, miembros del FPDT los invitaron a visitar a Atenco. Fue ahí que Movimiento pudo presentar su videomensaje para Atenco, en donde aparecieron muchos de sus miembros que no pudieron hacer el viaje. El FPDT respondió al Movimiento con su propio videomensaje. Esta manera creativa de cruzar la frontera para comunicarse el uno con el otro “cara a cara” ha sido esencial, no solo para el crecimiento de sus relaciones, sino para la dinámica general de sus luchas. Como Domínguez del Movimiento lo dice:

En mayo del 2006 era Vicente Fox quien estaba en el gobierno, pero ahora es Felipe Calderón y él continúa con las misma politica. Así que aquí tomamos el Consulado Mexicano para demandar la libertad de los presos de San Salvador Atenco. En el videomensaje de Atenco para nosotros, ellos nos dijeron que les dio más energía saber que nosotros aquí en Nueva York estábamos pendientes de lo que les está pasando y que los estamos apoyando a nuestro modo, en nuestra forma y a nuestro ritmo. Nos dio seguridad que nuestras luchas en distintas regiones se han encontrado. Así es que seguimos luchando con mas energía y estamos seguros que con el tiempo venceremos el enemigo que tenemos en común, el capitalismo y el mal gobierno. El capitalismo no solo está en México, no sólo en Nueva York, está en todas partes del mundo y los malos gobiernos son los sirvientes del capitalismo.

Y en cuanto al presidente Calderón, Fernando León, colaborador en la Campaña Libertad y Justicia para Atenco, nos señala que:

El costo de esta guerra [contra las drogas] y lo que ha producido, se ha vuelto tan real para la gente que está en estas situaciones que la legitimidad de Calderón nuevamente está siendo cuestionada. El clamor popular hoy es que el ejército se retire a sus cuarteles y que esa supuesta estrategia de Calderón contra el narco es errónea. Hasta miembros de su propio partido están de acuerdo en lo equivocado de la estrategia. Entonces, en términos políticos, el costo a Calderón ha sido muy alto. Si en el primero o en el segundo año de su presidencia fue visto como una figura de supuesta autoridad, ahora esa popularidad esta cayendo cada vez más. Los militares en las calles están violando los derechos humanos. Los militares solamente ven al enemigo como un enemigo a matar. Están entrenados de esta manera y no puedes solamente decirles que no cometan abusos contra los derechos humanos porque esto mismo está en su agenda. Y eso, de alguna manera, ha caído en las manos de Felipe Calderón.

La guerra de las visiones continúa Compañeros

Legítimo o no, Calderón no es por ahora el actor político más central en el caso de los 12 presos de Atenco. En estos momentos la Suprema Corte de Justicia mexicana está revisando el caso y considerando hacerle justicia a los presos. Para esta decisión pendiente León tiene dos predicciones:

Una [posibilidad] es que sean liberados este año por el dictamen de la Suprema Corte. Y la otra tiene que ver con el hecho de que el asunto del aeropuerto todavía es caso abierto. En la actualidad, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) está comprando la tierra [del municipio de Atenco], el proyecto del aeropuerto nunca murió. Esta sería la otra posibilidad, que los presos sigan presos para que el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra se siga enfocado en ellos y no tengan todo el poder necesario para enfocarse en el proyecto del aeropuerto. También, estamos en el año 2010 tan simbólico. Algunos creen que nada va a pasar y otros más quieren que no solo sea simbólico, y el gobierno federal está preocupado por eso y si los presos del FPDT son liberados, el Frente se puede volver a enfocar en la lucha que han llevado desde el inicio. Estas son dos posibilidades: que recuperen una libertad que nunca debieron haber perdido, y la otra es que la venganza del gobierno federal continúe y los abusos continúen.

La guerra de visiones para México continúa. Pronto será el tiempo para que la Suprema Corte escoja entre una de las dos. Tal vez después de la decisión del año pasado de liberar a los condenados por la masacre paramilitar de 45 indígenas desarmados del pueblo de Acteal, Chiapas en 1997, la corte quiera agregar más “balance” a su reputación y cierre el caso Atenco con la liberación de los presos. O quizás abra más la herida, y haga más grande la brecha entre estos dos Méxicos si cierra la ruta jurídica para su liberación.

Sin importar el resultado, es claro que el FPDT tiene sus ojos hacia el horizonte y en el calendario. Como le dijo María Pérez Elizalde del FPDT a Bricker, “Lo que se necesita ahora es que México se despierte a tiempo y esta es la lucha principal para el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra. Mas allá que la liberación de los presos, mas allá de la defensa de la tierra, una lucha muy concreta del Frente de Pueblos es que despierten a nuestros hermanos y hermanas hacia lo que está pasando. Para que no intercambiemos nuestra libertad o tierra por unos cuantos pesos. Por unos cuantos pesos que tienes hoy y ya mañana no están.”

El Movimiento y el FPDT todavía continúan buscando nuevas formas de ser compañeros. La más reciente fue una “conferencia de prensa simultánea que tuvimos en Detroit por el Internet con los compas de Atenco” la que Domínguez me describió, “para que ellos pudieran hablar por ellos mismos a los medios de comunicación de izquierda que estuvieron en la Conferencia de Medios Aliados. Para nosotros fue un honor que ellos se unieran con nosotros para la conferencia de prensa, porque su lucha es enorme comparada a la de nosotros. Nos dio confianza para crear puentes de comunicación con diferentes luchas en diferentes países. Fue muy emocionante para los miembros del Movimiento”

Este domingo, el Movimiento extenderá más allá estos “puentes de comunicación” cuando sean anfitriones de su Tercer Encuentro por la Dignidad y Contra el Desplazamiento. Serán acompañados por otras organizaciones que luchan contra la gentrificación en todas partes de la ciudad Nueva York, de la región y otras partes. Luchadores sociales haitianos que acaban de regresar de su agitado país natal compartirán sus experiencias. Los miembros del FPDT estarán presentes otra vez, como lo estuvieron en Detroit, a través de una conferencia de video en vivo. Esta vez también estarán acompañados, por el mismo medio, por Abahlali base Mjondolo, el Movimiento de Habitantes de Casas de Cartón de Sudáfrica. Los nueve presos políticos de Atenco que continúan en el penal de Molino de las Flores en Texcoco han enviado un mensaje escrito para el Encuentro. Y seguramente que los otros tres miembros del FPDT, Nacho, Héctor y Felipe, quienes están detenidos en el penal de máxima seguridad llamado “El Altiplano”, también estarán presentes en los pensamientos de muchos de los asistentes.

Entonces, ¿será México un país de compañeros o de Calderones? ¿Una blindada mina abierta y parque de recreo para los ricos?¿O será un lugar donde, como dicen los zapatistas, todo es para todos y donde caben muchos mundos? Después de todos estos años esa pregunta no ha sido respondida definitivamente. En el año 2010 estos dos Méxicos están en conflicto, desde el Este de Harlem hasta Chiapas.

¿Y como responderemos nosotros, queridos lectores? ¿Seremos nosotros compañeros?

Por RJ Maccani

http://www.narconews.com/Issue64/articulo4060.html
Generación 2010, Escuela de Periodismo Auténtico

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