martes, 29 de septiembre de 2009

Ante las crisis, los mexicanos desarrollaron una resistencia basada en la fiesta

Para ser capaces de sobrellevar las adversidades ocasionadas por las recurrentes crisis económicas sufridas por nuestro país en los últimos 40 años, los mexicanos han desarrollado una resistencia basada en la festividad.

Según el investigador Ricardo Trujillo, de la Facultad de Psicología de la UNAM, ante el anuncio de shock financiero (que echa mano de escenarios graves para generar miedo e imponer medidas radicales), el pueblo de México se refugia en actividades recreativas, tales como fútbol, fiestas patrias, viajes o reuniones con amigos y familiares.

Esta actitud es completamente distinta a la asumida por los anglosajones, quienes suelen tener reacciones de angustia al avizorar la misma clase de panoramas.

Según el investigador, la mayor parte de los mexicanos vivos en la actualidad ya pertenecen a la llamada "generación de la crisis", que lleva 30 años experimentando condiciones adversas y, por lo mismo, ya está acostumbrada a las dificultades.

"Se siente inconforme con su entorno y está consciente de los altos cobros en productos y servicios, pero aún así no pierde su ánimo festivo", afirmó el experto.

Atendiendo a una psicología inmediatista, se podría decir que el connacional se asusta y modifica su conducta ante declaraciones alarmistas o al saber que su empleo o patrimonio están en riesgo; sin embargo, a diferencia de lo que pasa en otras partes del mundo, el mexicano no actúa con temor o, si lo hace, es de forma irracional.

Un ejemplo frecuente de esto, que raya en el folclor, se da cuando un padre de familia viaja con toda su familia a Acapulco, sin un peso en la bolsa, con la esperanza de que a su regreso "ya verá cómo hacerle". Para un estadounidense, que en las mismas circunstancias optaría por encerrarse en casa para gastar lo menos posible, este comportamiento resultaría temerario, explicó.

Por esta razón, la llamada "teoría del shock financiero", que promueve escenarios graves para generar miedo social e imponer medidas gubernamentales drásticas, funciona de manera muy diferente con un anglosajón que con un mexicano, porque este último tiende a compensar situaciones catastróficas y reales con indolencia.

En el país, los partidos de fútbol sirven de válvula de escape a muchos malestares personales, al igual que las fiestas; sólo así se explica que haya personas que "echen la casa por la ventana" para celebrar, aunque ésto los ponga al borde de la precariedad: "Se trata de un ánimo festivo que pretende compensar lo crítico".

Se ha dicho que, desde épocas de la Colonia, el mexicano se sojuzgó a una alta burguesía que le impuso su orden y que, para contrarrestar esta situación, optó por responder con ironía o sátira, en vez de hacerlo con rebeldía.

"Cuando se presenta una dinámica de dominio, el mexicano responde con albures y burlas ante el poderoso". Esta actitud podría parecer conformista, pero es producto de una lógica social que cree que toda adversidad es superable.

"No sé si esta forma de pensar sea sana o no, pero nos mantiene vivos, festivos o animados y sirve de sustituto a reclamos ante el gobierno", aseveró Trujillo.

Rolando Lino Mina

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