En la tarde del viernes 18 de de julio pasado, último día de los juzgados antes de salir de vacaciones, miembros del Fideicomiso Angelópolis y Bancomer, encabezados por la licenciada Dulce Pastelín, llegaron al Parque del Arte con una supuesta orden judicial, sin firma, a tomar posesión del inmueble.
El abogado de Puebla Verde y yo, como representante legal del patronato, les pedimos que se retiraran. Salieron a la calle y llamaron por celulares.
Como ya no había juzgados pensamos que no podrían hacer nada. Sin embargo, con todos los juzgados civiles cerrados, a las seis de la tarde regresaron y, frente de todos los medios que estaban ahí, entraron con un enorme despliegue de fuerza pública, rompiendo los candados, sin exhibir ninguna orden que los autorizara para ello.
Pregunté a mi abogado si era legal y posible que un tribunal expidiera una orden después de las tres de la tarde. Me contestó que normalmente este procedimiento tarda quince días y no otorgan permiso para romper sellos y chapas. Esto sólo se puede hacer por instrucciones del presidente del tribunal o del gobernador.
Como los juzgados federales también están de vacaciones, no pudimos recurrir a ellos, quedando en total estado de indefensión.
Del lado del patronato estábamos cuatro personas y los ocho empleados del parque. Ellos llegaron con cuarenta efectivos de la policía metropolitana con armas largas y chalecos antibalas, patrullas de la policía estatal, la policía privada del gobernador, que yo nunca había visto pero que me señalaron los reporteros ahí presentes, y quince patrullas de la policía auxiliar.
La semana pasada estuve en el congreso y vi cómo votaron la ley de transparencia, dejando fuera a los fideicomisos públicos, tales como el oscurísimo fideicomiso Angelópolis, que ha comercializado diez millones ochocientos mil metros cuadrados sin rendir cuentas a nadie.
El viernes pasado vi y viví cómo una juez trabajó fuera de horario para hacer órdenes judiciales a modo. Aunque el gobernador fuera un santo, nadie con ese poder conserva la cordura. ¿Dónde está el contrapeso de los otros poderes?
Siempre tiene que haber contrapesos y aquí los hemos perdido. Hay tres poderes concentrados en un solo hombre. Muy peligroso
1 comentario:
En 1992, a petición del gobernador poblano Piña Olaya, el gobierno federal expropió 1,080 hectáreas ejidales que rodeaban a la ciudad de Puebla para crear la reserva territorial Atlixcáyotl-Quetzalcoátl.
De las 1,080 hectáreas expropiadas, se dijo entonces, 216 serían dedicadas a equipamiento (escuelas, hospitales, panteones, mercados) y a un Parque Metropolitano de 110 hectáreas.
Se pagaron ocho pesos por metro a los ejidatarios expropiados de entonces. Hoy los predios baratos se cotizan en 4 mil pesos el metro.
De las 110 hectáreas del Parque Metropolitano sólo quedan 12, justamente las que están bajo la custodia del Patronato Puebla Verde. Se llama ahora Parque del Arte y es uno de los pocos jardines públicos habitables de la ciudad. Otro es la laguna de San Baltazar, rescatada y custodiada también por Puebla Verde desde hace 21 años.
De las 216 hectáreas previstas para equipamiento en el proyecto original, sólo quedan 60. En marzo pasado se supo que el gobierno federal había autorizado cambiar el uso de suelo de esas últimas 60 hectáreas para hacer comercios y vivienda cara.
Puebla Verde manifestó su desacuerdo con estos cambios. En respuesta, el gobierno del estado decidió cancelar la custodia de Puebla Verde sobre el Parque del Arte, y amenazó con ocupar el predio.
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